Mi primer encuentro con el cajón peruano

Los primeros encuentros cercanos con el cajón peruano fueron en una fiesta. Habían dos guitarras y un cajonero para animar la reuniòn. Ellos estaban cantando y tocando la música criolla casi sin parar. Escuchaba valses jaraneros, polkas, marineras y festejos. Las potentes voces con guitarra y el sonido particular del cajón, a muy pocos metros de los músicos, fue el descubrimiento de éste especial instrumento de percusión.

Un simple cajón de madera donde el percusionista estaba sentado sobre él, tocando con sus manos la parte delantera y haciendo movimientos hacia abajo y arriba izquierda y derecha con sus dos manos. En la parte de atrás tenía un orificio para obtener más acústica donde salían potentes sonidos graves. Los sonidos agudos se escuchaban a corta distancia y los sonidos graves eran los que te llamaban la atención desde distancias muy lejanas.

Ese instrumento lo había visto anteriormente en un rincón como un mueble más o para la decoración, no sabía como funcionaba o sonaba, pero al verlo en acción, descubrí que era uno de los mejores instrumentos de percusión sobre todo para la animación.

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