Los profesionales en psicología, pueden afirman que la percusión es una herramienta poderosa para fomentar la sociabilización de los niños. En el contexto escolar, el trabajo en grupo a través de la música, especialmente con instrumentos de percusión como el cajón, promueve la colaboración, la comunicación y la empatía entre los estudiantes.
La percusión requiere que los niños trabajen al unísono, sigan ritmos en conjunto y se escuchen mutuamente, lo que fortalece sus habilidades sociales. Además, la práctica musical también mejora la autoestima, ya que al aprender y perfeccionar nuevos ritmos, los niños experimentan un sentido de logro y pertenencia. Incorporar la percusión en la educación escolar crea un espacio inclusivo y cooperativo, donde los niños desarrollan relaciones positivas con sus compañeros, aprenden a respetar turnos y a expresar sus emociones de manera saludable.
La percusión, por tanto, no solo enriquece el aprendizaje académico, sino que también es esencial para el desarrollo emocional y social integral de los niños.